Sanciones ejemplares para los acosadores

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El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha presentado un informe en el que manifiesta que los protocolos contra el acoso escolar no funcionan como debieran. Solo se activan cuando ya se ha producido un caso y, en la mayoría de las situaciones, a solicitud de las familias. Y advierte que, en general, no se implementan medidas reeducativas para que el agresor modifique su conducta. 

 

Como argumenta Gabilondo, en muchos casos, la inacción tiene consecuencias fatales para los menores. Urge formar a todos los miembros de la comunidad educativa para que tengan la capacidad de actuar ante los primeros indicios. Urge que las familias vuelvan a educar en valores y dejen de criminalizar la disciplina, porque está demostrado que una herramienta educativa imprescindible para nuestros menores. Y es que, con frecuencia quienes acosan han recibido una educación totalmente permisiva. 

Las altas tasas de acoso escolar exigen mejorar los planes de convivencia, los protocolos, la detección temprana, la prevención (educación emocional, empatía y resolución de conflictos) y las intervenciones educativas. 

Es necesario que tengan sanciones ejemplares.

Sí, sanciones ejemplares.

Con una sanción (al tiempo que se reeduca y se previene) el maltratador cae en la cuenta de que su comportamiento es intolerable. 

¿Usaríamos el casco en la moto si no hubiera sanciones ejemplares?

  • Si un acosador no vive las consecuencias de sus actos, de poco servirán las charlitas y las monsergas. 

  • Si un estudiante maltrata a otro o impide que el grupo aprenda con normalidad, pierde el derecho a compartir con ellos su espacio.

  • Si las medidas educativas no funcionan, habrá que implementar con ellos programas fuera del aula. 

  • Si un estudiante no sabe convivir y hace daño a sus iguales, hay que alejarlo hasta que aprenda. 

 

Proteger al menor acosado es la primera medida en todos los casos.

Soy Carmen López…

Doctora en educación, pedagoga, investigadora y fundadora de Hijos con Éxito.


Después de 30 años dedicada a la educación de familias y profesorado, quiero aportar mis conocimientos y experiencia para ayudar a construir una sociedad sana y equilibrada desde la educación de los más jóvenes.


Porque sin las herramientas adecuadas, la crianza se convierte en un camino difícil de transitar y lleno de culpas.

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