Reseña del libro 'Pon límtes no pantallas'

El Dr. José Luis García, Psicólogo clínico, sexólogo del Gobierno de Navarra y Profesor honorífico de la URJC ha escrito una magnifica y completa reseña sobre el libro que acabo de escribir. La comparto a continuación de forma textual. Muchísimas gracias de todo corazón por tu generosidad a la hora de analizar tantos aspectos importantes del texto. Un abrazo enorme.

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En una sociedad crecientemente polarizada por el debate sobre las pantallas, debate bronco e interesado como pocos en razón de los cuantiosos intereses económicos e ideológicos que subyacen, resulta esperanzador, como si de una bocanada de aire fresco se tratara, el libro de Carmen López Pon límites, no pantallas.

Un libro basado en evidencia científica y en un trabajo profesional, de campo, cual baño de realidad, durante más de tres décadas, hecho que hay que agradecer frente al ingente número de coach, influencers de todo tipo y pelaje, tertulianos y cuñados que nos atosigan acerca de las bondades de las pantallas y cómo usarlas dentro de la educación familiar y escolar, a riesgo de que, si no, chicos y chicas sean unos adultos apestados e ignorantes.

Carmen López deja muy claro por qué nuestros hijos/as necesitan normas y límites en su educación general y, especialmente en lo relativo a las pantallas, límites que solo serán efectivos si se razonan, se explican, pactan y se enseñan progresivamente y se practican en compañía de los progenitores, es decir con el ejemplo.

Nos dice, fundadamente, que hay edades y momentos evolutivos que, por razones estrictamente neurológicas y psicológicas, niños y niñas no deben tener pantallas de ninguna de las maneras y que, llegado el caso, habrá de entregarse previa capacitación extensa y con contrato (cuyo modelo personal comparte), haciéndolo con cariño y empatía. Y paciencia, mucha paciencia y amor.

Las referencias constantes a la maduración cerebral, al papel de las estructuras implicadas en las conductas juveniles, de los neurotransmisores y, por tanto, las dificultades de tomar decisiones ejecutivas, y de otros elementos psicológicos en la adolescencia, sirven para argumentar que una exposición excesiva a pantallas en edades tempranas puede generar impactos difíciles de revertir.

El capítulo que dedica a los hábitos y estrategias en el estudio, da fe de su dilatada experiencia profesional, en la presentación y justificación de sus criterios y orientaciones pedagógicas. Interesante también su énfasis en fomentar el pensamiento crítico y la autorregulación emocional de la chavalería, como propósitos de la educación familiar.

Me ha interesado particularmente su posición acerca de los riesgos de los móviles, porque lo hace apoyándose en trabajos científicos, el sentido común y el EJEMPLO DE CASA, ya que coincido ampliamente con sus tesis. Insta a que papás y mamás, no pierdan el contacto humano, la relación cuerpo a cuerpo con sus vástagos, la mirada, el aburrimiento creativo y la atención plena como antídotos frente a la hiperconectividad, que puede acabar generando soledad y sufrimiento.

Es valiente porque no tiene miedo en decir que “aboga por las tizas, el papel, la caligrafía y los libros de texto. Tenemos una crisis de conocimiento en las escuelas. Cada vez me encuentro a analfabetos funcionales. Tenemos que cambiar el rumbo”.

Concuerdo con ella en que las corporaciones tecnológicas han diseñado el conglomerado de las pantallas para ser adictivas. Lamentablemente esta adicción está socialmente aceptada, abduciendo a mayores y pequeños con unos costes académicos, de sociabilidad y de salud mental que aún estamos, en realidad, por cuantificar su impacto.

El móvil es para los adolescentes como la bolsa de suero para una persona enferma que “administra dopamina digital las 24 horas del día, todos los días de la semana. Por eso cuando les falta, sienten irritabilidad y ansiedad”.

Un libro para recomendar a aquellos papas y mamas valientes, que tienen que remar contracorriente, pero que quieren un futuro más saludable integralmente para sus retoños, que sean autónomos, sociables, críticos y que estén contentos, porque eso es lo que, en realidad, les importa.

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Mi libro 'Pon límites, no pantallas'.

Soy Carmen López…

Doctora en educación, pedagoga, investigadora y fundadora de Hijos con Éxito.


Después de 30 años dedicada a la educación de familias y profesorado, quiero aportar mis conocimientos y experiencia para ayudar a construir una sociedad sana y equilibrada desde la educación de los más jóvenes.


Porque sin las herramientas adecuadas, la crianza se convierte en un camino difícil de transitar y lleno de culpas.

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