No es bullying, es violencia

Reflexiones para un hijo ruin con sus compañeros:

‘¿Cómo te sentirías si se burlaran de ti para humillarte, herirte y despreciarte?’

‘¿Cómo te sentirías si demuestras que te sientan mal y estás enfadado y sin embargo repitieran un día tras otro esas ‘bromas’?’.

 

‘Si una "broma" causa malestar, miedo o un ambiente hostil, deja de ser una broma para convertirse en acoso o violencia’.

 

‘Si en el recreo un compañero dice algo que hace daño a otro y tú te ríes, es como si dijeras ‘está bien lo que has hecho’’.

 

‘Si en clase alguien violenta a un compañero y todos se ríen, tú no tienes que hacerlo también. ¿Qué sentirías si te lo hicieran a ti?’.

 

‘No solo te tienes que portar bien cuando yo estoy delante, lo tienes que hacer porque tú crees que es lo que tienes que hacer’.

 

‘No importa si tú no empezaste la burla, importa si apoyaste a quien la hacía’.

 

‘No te interesa estar cerca de un niño ‘popular’ que es un depredador con los compañeros. Te interesa estar cerca de niños honestos’.

 

Nuestros menores necesitan una madre y un padre que:

  • Den ejemplo: No sean violentos ni malas personas con los demás.

  • Se muestren inflexibles con el mal comportamiento.

  • Hagan reflexionar.

  • No minimicen o disculpen conductas con típicas frases como: ‘hoy en día se exagera cualquier chiquillada’ o son ‘cosas de chavales’.

  • No justifiquen la agresión ni culpabilicen a la víctima.

  • Muestren empatía con la víctima y refuercen la idea de que nadie merece sufrir este tipo de situaciones.

  • Profundicen en la idea de la reparación del daño y la necesidad de pedir perdón a la víctima.

  • Ayuden al menor a asumir que se ha equivocado y ha tenido un comportamiento inapropiado.

  • Transmitan la idea de que no habrá impunidad y se aplicarán medidas correctivas razonables y razonadas que se respetarán sin dilación.

Tenemos que ayudar a nuestros hijos a tomar conciencia del riesgo presente y futuro de los comportamientos indignos. La madre y el padre son responsables de que sus menores interioricen valores morales para una convivencia en sociedad. 

 

La educación empieza en casa. Estamos hablando de violencia de un menor hacia otro. Para evitar este tipo de conductas resulta determinante reforzar la educación emocional en casa y el centro escolar desde infantil o los primeros años de primaria.

 

PD: El centro escolar debe intervenir de forma rápida, eficaz y bien dirigida con el fin de proteger la integridad física y emocional de la víctima, al tiempo que actúa con el agresor y el grupo de observadores.

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Soy Carmen López…

Doctora en educación, pedagoga, investigadora y fundadora de Hijos con Éxito.

Después de 30 años dedicada a la educación de familias y profesorado, quiero aportar mis conocimientos y experiencia para ayudar a construir una sociedad sana y equilibrada desde la educación de los más jóvenes.

Porque sin las herramientas adecuadas, la crianza se convierte en un camino difícil de transitar y lleno de culpas.

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