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El viernes escribí un artículo sobre el abuso sexual de tres niños de once años a una niña de 7.


En él analicé lo ocurrido, me hacía preguntas y ofrecía recomendaciones a madres y padres.


El 99% de la gente que me escribió en el post o por DM, agradeció mi implicación y mostró su horror ante situaciones como estas: niños de 11 años haciendo actos criminales a niñas de 7.


Sin embargo, un 1% pensaba que había olvidado mencionar algo importante: la procedencia geográfica, étnica o religiosa de los abusadores, lo cual me convertía en una científica de pacotilla y una pedagoga nefasta.


Un chico joven me escribió con buen tono quejándose de mi ‘olvido’ y pensé en ‘hacer pedagogía’ con él. Pero, en un momento determinado, escribió algo intolerable e irrespetuoso y lo bloqué. Puedes leer lo que me dijo aquí.


Varias colegas feministas, al igual que la socióloga africana Ndèye Fatou Kane, piensan que no hay que hacer pedagogía con los hombres, porque hay información suficiente para que, quien esté interesado, reflexione. Dicen que lo que pasa es que los hombres están en una posición de dominación y no tienen ningún interés en perderla.

Es verdad que casi siempre, los hombres con los que debato en redes, terminan haciendo el ridículo con ‘argumentos’ tan irrespetuosos como el que dejo en diapositivas.


Incluso así, me puede mi labor didáctica y las ganas de prevenir y enseñar.


Soy pedagoga y creo en el poder de la educación, sobre todo con adolescentes y jóvenes.

Según una reciente investigación, el 28% de las chicas y casi el 50% de los chicos piensa que ‘el feminismo ya no es necesario porque hay igualdad’, ‘las leyes son injustas y culpan a los hombres de delitos sin demostrar’, ‘las mujeres mienten mucho y denuncian en falso’, ‘las agresiones sexuales a las mujeres son cometidas por los de otros países y no por los de aquí, porque aquí no se trata a la mujer como mercancía’, ‘nos quejamops por todo y somos unas desquiciadas que sacamos todo de quicio’, ‘el feminismo siembra odio y polarización’ (sic) y un largo etcétera.


Pero también debemos hacer de Pepito Grillo con los mayores y hacerles tomar conciencia de que el machismo existe y se manifiesta de muchas formas, a veces imperceptible.


Tenemos que hacer pedagogía sobre la idea de que nadie ha asesinado, secuestrado o violado en nombre del feminismo. En cambio, el machismo sí tiene como resultado último, en muchas ocasiones, la violencia contra las mujeres. El feminismo no busca la guerra de sexos.


El primer paso para solucionar un problema es reconocer que existe.

Solo así, educando incansablemente, superaremos las desigualdades aún existentes entre mujeres y hombres.


Creo en ello y seguiré haciendo pedagogía, con nuestros adolescentes, nuestros jóvenes y con los hombres que pueda, los necesitamos como aliados y como ejemplo de nuestros hijos.



8 conferencias online en directo que impartiré en el primer trimestre de 2025.


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Soy Carmen López…

Doctora en educación, pedagoga, investigadora y fundadora de Hijos con Éxito.


Después de 30 años dedicada a la educación de familias y profesorado, quiero aportar mis conocimientos y experiencia para ayudar a construir una sociedad sana y equilibrada desde la educación de los más jóvenes.


Porque sin las herramientas adecuadas, la crianza se convierte en un camino difícil de transitar y lleno de culpas.

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